Chanson de la semaine: "Zoomer" Les Jumo

sábado, 2 de enero de 2010

El Chacachá del Tren

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¡FELIZ AÑO A TODOS LOS QUE ME LEÉIS!
(a pesar de que muchos no me escribáis)

Acabo de llegar a Dijon y lo primero que tenía que hacer es contar mi viaje. Decidí volver a las Galias en un medio de transporte común, seguro, sin problemas de carreteras, ni de horarios, sin accidentes... para muchos, entre ellos yo, la mejor forma de viajar; EL TREN. Sin embargo, he de reconocer que se me ha caído un mito. La narración consta de 2 capítulos que representan dos momentos puntuales en los que tuve el humor de ponerme a escribir mis aventuras y desventuras, allá van;

Capitulo 1

¡Pero bueno! ¿No voy a disfrutar de un sólo viaje con normalidad? ¿No podía el destino permitirme un viaje tranquilo y sin sobresaltos? Ahora mismo estoy tirado en Hendaya, bueno, tirado no, tiradísimo... y la única cosa que me puede librar de ésta es la carita de niño bueno que he puesto al llegar a la taquilla (espero que funcione)

Para poneros al día, de momento 1 de Enero, explicaros que quería volver pronto a Francia para comenzar con buen pie el año, ya que las clases comienzan el día 4 y los exámenes están a la vuelta de la esquina.
Esta mañana me levanté habiendo dormido tres horas, las pertinentes tras la nochevieja, finiquité la maleta y cogí el tren puntualmente. Todo ello sin ningún tipo de problema, según lo previsto, y cuando ya había cogido postura y me estaba quedando torrado contra el cristal... se para el tren.
- Si que hemos avanzado, sí-
El resumen de las 2 horas siguientes consiste en: Un Alvia averiado en la otra vía, la catenaria rota en ambas vías y que no se puede llegar a Burgos, damos marcha atrás, recogemos a los pasajeros del Alvia, más marcha atrás hasta un apeadero y nos suben a un Autocar
-mmm, con lo que a mí me gustan- ¡Pues toma!, 6 horas de bus haciendo todas las paradas que hacía el tren. Evidentemente no he llegado a tiempo para subir al tren francés que me llevaba a Lyon, donde proseguía mi camino. Y aquí estoy, haciendo ojitos a la señora de la taquilla para que me cuele en el próximo (y último) hacia París... y por el mismo precio, ¡claro!
Después de zamparme la ensaladilla rusa a eso de las siete y media de la tarde ya lo veo todo con otro ánimo, ¡vaya hambre que traía! Esperad, que me llama la señora de los billetes, ahora vuelvo...

... jeje, he de reconocer que sí, que tengo una flor en el culo, y que no se marchita =). Iba a viajar a Dijon (vía Lyon) toda la noche en una butaca de mala muerte por cuatro duros y ahora voy a ir (vía París) en una litera por el mismo precio. Ya me estaba dando por jodido... hoy no había más trenes y la plaza que ocupo viene a costar el triple de lo que yo había pagado. ¡Ufff!

Capitulo 2

¡Vaya! Yo creía que ya tenía suficiente anécdota con lo de Renfe y aún me toca escribir más... En otra ocasión lo digno de contar hubiera sido que mientras esperaba en la estación tuve que soportar durante tres horas a un cheza gabacho y a una tarada cuyo olor corporal digamos que era... poco afortunado. En cambio, tengo que contar que me subí a mi nuevo tren... ¡Huy! Que bien, cabía todo el equipaje, esta vez no tenía compañeros extraños, un matrimonio muy agradable con su hijo que venían de Bilbao. Todo parecía perfecto, demasiado, hasta que por la megafonía comunicaron que el conductor no había aparecido (Todavía debía durarle la de nochevieja) y que el tren estaría detenido indefinidamente. -¡Ah! Bueno, esto ya me cuadra más...-
Así que, ante semejante situación, decidí que era el momento de actuar... meterme en el saco y recuperar horas de sueño. -Que le den, a ver dónde amanezco mañana- Al menos me encontraba en un lugar cálido. Esto eran las 22:30h, sobre la 1:00h noté el tirón del tren que se ponía en marcha, hice un calculo rápido de horas... -Mira tú que gracioso, mañana también pierdo el tren hacia Dijon, a este ritmo, como se pongan tontorrones me sale gratis el viaje a base de reclamaciones- ... y a seguir durmiendo.

Hoy he despertado llegando a París con dos horas de retraso. He abordado al revisor con lo de mi siguiente tren y me lo ha solucionado en el momento. Ya tengo el billete de tren como la carpeta de una quinceañera; llena de dedicatorias de los revisores. Este último, me ha colocado en otro tren para Dijon y al lado su numero de teléfono... ¿? ¡Que no! ¡que es broma! Ya lo que me faltaba. jajaja.
Y aquí estoy ahora, sentado en una butaca, tranquilamente escribiendo estas lineas, hace un rato ha pasado el revisor, y el hombre no sabía por dónde coger mi billete, jeje... Quedan 30 minutos para llegar a Dijon, el cielo está completamente despejado y brilla el sol... espero no escribir un tercer capitulo... =)