

Estamos en el año I despues de la conquista de la Eurocopa. Toda la Galia está ocupada por españoles... ¿Toda? ¡Por supuesto, Toda! Miles de irreducibles erasmus partimos,todavia y como siempre, al país vecino. Y la vida no es fácil para los ciudadanos galos en las reducidas aldeas de Paris, Marsella, Bourdeos y Dijon...
No contentos con eso, al volver nos fuimos a la pista de patinaje sobre hielo que hay en la ciudad. Los estudiantes extranjeros por 2,70€ podemos estar ahí dentro hasta que nos salgan sabañones. No hay fotos porque imaginando como sería mi primera experiencia con unos patines ni me molesté en llevar la cámara, jeje. Pero para mi sorpresa, una de dos, o yo soy un fenómeno o lo de patinar es muy fácil… :P
Luego nos preparamos una cena de lujo junto a Fernando y el finlandés y terminamos el domingo jugando un tabú (por supuesto en francés) y tomando unos copazos. ¡Que gran día!
Para terminar por hoy, voy a poner un enlace como advertencia de una de las cosas que no hay que hacer cuando se va en bicicleta. Esto es una muestra real hecha por un especialista muy gañan y que puede que conozcáis ;) No lo intentéis hacer en vuestras casas.
Tiene el corazón a cien y, boquiabierto, tan solo acierta a decir -¡Es impresionante! –
-¡Qué boniiiita!- se le escapa a ella visiblemente emocionada y con los ojos muy muy brillantes.
Ahora sí que ya se miran el uno al otro y aún con la respiración entrecortada solo alcanzan a sonreír nerviosamente y decir algún vano adjetivo que el viento se encarga de silenciar.
Una vez pasada la primera impresión, dan rienda suelta a su alegría contenida, risas, comentarios, bromas, festival de fotos y horas muertas junto a SU Torre. ¿Acaso alguien no lo haría si pudiera? Pues ellos han decidido que se puede.
Y es que estos chicos se organizan muy bien, han tenido tiempo para todo; se han colado en el rascacielos de Montparnasse para echar un ojo a las vistas desde el restaurante del último piso, en lugar de dar de comer a las palomas como hace todo el mundo, han dado de comer a unos punkis moribundos en los Campos de Marte, han visto como el Barça y el Madrid jugaban el segundo partido del siglo de este año en un pub situado en el barrio latino y no han dejado pasar la oportunidad de curiosear por los alrededores del Moulin Rouge. Por supuesto, como no podía ser de otra forma, subieron a la Torre, SU Torre, por las escaleras. Allí dentro, trastearon todo lo que quisieron y más, e incluso les sobró tiempo antes de ver el espectáculo de luces, para discutir y enfadarse en francés con una agente de seguridad que les había perdido sus cuchillos.